«Llegamos a la consulta con nuestra relación colgando de un hilo.
Mi pareja había perdido la confianza y después de años de arrastrarse lo y habiendo alcanzado el límite sólo nos quedaban dos opciones: dejar la relación o pedir ayuda.
Las primeras sesiones, recuerdo que fueron duras ya que tuvimos que explicar y remover todos los problemas y exponerlos ante una desconocida para que pudiera entender cuál era nuestra situación.
Pero Anna nos ayudaron a desnudar nuestros sentimientos para poder ver el origen de la desconfianza, pero también el origen de nuestro amor.
Poniendo de relieve la importancia de escucharnos el uno al otro de verdad, para conocer la realidad de los sentimientos del otro, va redireccionar nuestras conversaciones habituales con el objetivo de comprender que realmente estábamos hablando de las mismas cosas. Finalmente entendimos que ambos «hablábamos de un mismo bosque, pero que uno hablaba de los árboles y el otro de las piedras».
Ana no tiene las respuestas, las respuestas ya las tenemos nosotros, pero hay veces que se necesita que alguien te empuja para que empieces a nadar por ti mismo. «