Llegué a la consulta perdida, triste y angustiada. Me sentía sobrepasada por unos sentimientos que no entendía ni podía controlar desde hacía tiempo. Ana me ayudó a desenredar, entender y local·litzar las causas de este malestar. Me dio las herramientas para afrontarlas y prevenirlas. Lo hizo de una manera muy cercana, amable y empática.
Ahora, no sólo me siento bien sino que, además, me siento fortalecida y sin miedo. También, tengo la reconfortante sensación de haber encontrado el espacio donde recurrir si en algún momento me vuelve a hacer falta poner orden a mis sentimientos.
Ojalá hubiera podido hacer este proceso mucho antes.
Gracias Anna!